ACTA DE LA TERTULIA LITERARIA DE LA UPUA
DÍA 8/06/2015
SEDE DE LA UNIVERSIDAD DE
ALICANTE
Lugar:
AULA CONSTITUCIONAL DE LA UPUA
Moderador Y Coordinador:
RAMÓN MADRIGAL GARCÍA
Presentación y degustación de té japonés:
DOLORES RIBERA VALIENTE
Realiza el acta:
Mª JESÚS
ORTEGA TORRES
Como
habíamos anunciado en anteriores ocasiones, hoy comenzamos la que va a ser
nuestra última sesión, con la presentación de las más importantes variedades de
té japonés, por parte de nuestra compañera de tertulia Dolores Ribera Valiente,
que con un aforo en principio de 17 personas aumentados, poco a poco, hasta 23,
iniciará los ritos.
Previamente
ha preparado el escenario de la presentación, cubriendo con bellos manteles de
brocado en color salmón, las dos mesas adaptadas al efecto, y ha dispuesto en
ellas, además de la variedad de tés que aporta (té soley), las teteras, vasitos
y pequeñas tazas de porcelana, para en principio, poder participar en la cata
de degustación y posteriormente, la más importante ceremonia tradicional del té,
según la cultura japonesa.
La
maestra de ceremonias, nuestra compañera de tertulia Lola Ribera, nos pasa un
cubilete de té verde japonés mojado, para que apreciemos su aroma. Nos va
explicando que el té que no procede de la “camellia synensis”, no es té, y nos
muestra, en hoja seca, las diversas variedades como el “White peony”, el
“Yellow gold” y “Gold typ”, cuyas diferencias están en su procesamiento. El
blanco es el más joven, tiene más teína que ninguno por ser el más joven. Es el
brote. El té orgánico es totalmente natural sin
sustancias contaminantes.
El verde pasa por un proceso de fijación con
vapor, para que no se oxide. El azul es semi-oxidado desde un 8% al 10%. El
negro 100% oxidado y el rojo al que los
japoneses llaman negro es quema-grasas y es el té “Puerh”. Ante tanta variedad
de tés, nos dice que el mejor es el que
más le guste a quien lo toma, advirtiéndonos que las bolsitas de té llevan las
peores hojas.
El
té, dependiendo de su clase, tiene un
tiempo de cocción que no excede, en ninguna de sus variedades, de los
dos minutos. Los grados del agua también varían en las distintas clases y el
mismo té sirve para cuatro infusiones.
No
azúcar, no miel, no sacarina. El té es mejor tomarlo en su estado, tal y como
nos lo presenta la naturaleza, es antioxidante y empíricamente, se ha
demostrado que favorece al organismo.
Inmediatamente
después de la primera degustación de té blanco, que tomamos con algo dulce, se
pasa a hacer el rito del té con el denominado “oriental beauty” o té azul de
“esplendor oriental”, que es un té semi-oxidado, cuya hoja en la plantación, la
ha mordido una pequeña cigarra autóctona, por sus bordes, produciendo una
oxidación natural, que le da un dulzor característico.
En la
ceremonia del té, la tetera recibe caliente el agua, para lavar el té. Se
muestra a quienes lo vamos a beber, para que se aprecie que se da lo mejor que
se tiene, posteriormente se desecha ese agua, y luego recibirán, tanto tetera
de porcelana como sus cubiletes, también de porcelana, agua caliente por fuera y por dentro en un rito dinámico que
estará cronometrado por un reloj de arena y todo resaltará con el misterio y
adorno, de una vela encendida y unas flores de lavanda.
tesolei.com
Nos ofrece nuestra compañera de tertulia, la
anterior página web, para que veamos la documentación que al respecto del té y
los libros que lo publicitan, ha recopilado y que pueden ser interesantes para
adentrarnos en unos ritos y costumbres milenarias muy respetables, dando por
finalizada, así, esta presentación tan enriquecedora, y dándole las gracias,
seleccionamos, para saborear, con los nuestros, algún té de alguna variedad que
no conocemos.
Seguimos con
las opiniones del libro que nos ocupa
“El africano”, y rompe el hielo Manuel León, que no encuentra lenguaje poético
en la forma, ve una emoción transmitida,
en su profesión de médico, desde el principio del ejercicio de su profesión en
África hasta que envejece y se vuelve algo irascible. En esa emoción primera, encuentra
nuestro tertuliano, la emoción que siente el médico de cabecera por el enfermo
al que tiene que curar y después su mirada con el espíritu “técnico”, que ha de
curarle.
Se cumplen en este año los veinticinco
años de “Hospitalización a domicilio” en Alicante, servicio que nuestro
compañero de tertulia creó, y le ha gustado tanto el modo de transmitir la emoción del padre médico, en su ejercicio
profesional, que él, en la memoria de esos veinticinco años, va a plasmar, de
igual modo, la emoción de este servicio, pues valora que es igual, y es lo que
les ha movido en estos veinticinco años.
Rafaela Lillo cree que son reflexiones, no
es una novela. Narra muy bien la violencia, los hormigueros, la relación con el
padre. La parte social la explica muy claramente.
Mª Jesús Ortega ve el detalle de las
ilustraciones del libro, como muy enriquecedor para el mismo, porque
seguramente son las fotografías que el padre iba tomando. Le gusta
especialmente la narración de cuando el padre elige el ser más libre en su
profesión de médico y marcha a las colonias, dejando atrás una vida más
rutinaria en un hospital inglés.
María Verdú valora que “en tan poco
tanto”. Se aprecia cómo va queriendo al padre poco a poco y cómo lo disculpa.
Manuel Sánchez aprecia las vivencias del
padre en los distintos puntos de África por donde pasó, con la violencia social
que había en algunos de esos lugares. “Describe muy bien el hecho de querer
salvar a su esposa y a sus hijos de los nazis en Francia, y como lo hacen
volverse para atrás cuando llega a Argelia y no lo consigue”. Ve una búsqueda
continua del padre y mucha belleza en cómo lo relata todo.
Elena Escolano cree que hace una crítica
de las cosas, del comportamiento de los blancos. El padre lamenta y critica ese
comportamiento y llega a más.
Pilar González ha
quedado con un “sabor amargo”. El autor comprende al padre y el porqué de su
dolor. Lo hace poco a poco. Pilar cree que el problema de África no tiene
remedio.
Araceli Hernández sigue pensando que el
leguaje es poético y le ha gustado mucho la relación amorosa de los padres y la
mirada del hijo hacia esa relación.
Mª
Carmen Llavador cree que el final del libro está muy bien descrito, continuando
con las costumbres. El padre tenía una disciplina y la ejercía con los demás.
Rafael
Torres denota que es un libro testimonio “una mirada más allá de la
civilización”. No lo describe como
penalidades: se puede ser feliz así. Aquí nos llega la punta del iceberg, las
guerras no son culpa de ellos. Las
llevan y los utilizan.
Manuel
L. habla de su memoria: “La evocación es muy pura”
Ramón
M.:”Es auténtico. Recuerda y habla de su padre”. Habla de sentimientos, es un
mundo real. El colonialismo nada tiene que ver. Cuenta lo justo para entender
la evolución del padre.
Pilar
G.: “el interés por no contaminarse de la ocupación colonial”
Pilar
Modrego sabe que de niño está escribiendo
un libro: Son los recuerdos de su infancia. No sabía cómo era, en lo
personal, su padre. Descubrir África…, vivir en libertad. Cultivar la amistad
de su amiguito africano que le enseñará
costumbres y ritos y por qué los siguen respetando.
Elena
E.: “La poesía son sensaciones/ este libro son sensaciones/ este libro es
poesía… ¡Es un silogismo!”.
Juan
Padilla resalta el capítulo de las termitas:”es como si quisiera terminar con
una tradición”. El personaje es alguien que se convierte en un superviviente de
una sociedad, con un comportamiento heroico. Este testimonio se convierte en un
libro. Lo considera un libro de denuncia.
Maica
Modrego piensa que de Le Clézio nos presenta varias Áfricas. Ha encontrado la
fórmula de describir un mundo. Hay tribus, oasis en Namibia. La soledad de esas
gentes te hace perder el juicio. Es otro mundo y África te absorbe.
Elena E.: “Los colonos no se quieren integrar
porque los miran por debajo del hombro”
Pilar
M. Piensa que “Ébano” de Kapuscinski es increíble…, en nuestra mentalidad no
cabe que un autobús no se ponga en marcha hasta que no se llene. Pueden pasar
hasta tres días para que se complete del todo.
María
V. valora la fortaleza física y psíquica que hay que tener para sobrevivir, que
no posee todo el mundo. Los europeos no conocen África. El padre se asquea, se
cansa.
Manuel
S. conoce a un misionero que lleva más de treinta años en Kenia y proclama que
en la altiplanicie hay personas que toman conciencia: “no quiero que mi hijo
sea un ‘destripa-terrones’, quiero que sea alguien”, y se sacrifican para
darles una educación. Allí transmitir la vida tiene valor y tener “hijos y
vaquita” es a lo que aspiran todos. Los curas allí tienen hijos porque quienes
no tienen descendencia están mal mirados.
Manuel
L. cree que al final el padre corta con la sociedad y con los hijos: es un
asceta. Es asceta porque el mundo lo hace asceta. Además utiliza el agua de
lavarse la cara para remojar los calcetines… Se opina, sin embargo que la “Eufilina” que toma para su problema
respiratorio, le va cambiando el carácter, ya que es excitante y es posible que
no lo deje dormir. En cuanto al agua, se dice que en África, la época de las
lluvias no es larga y hay mucha sequía
siempre. Cada vez tienen que cavar pozos más profundos para encontrar agua…
Se dan por terminadas las opiniones sobre “El
africano” y por Manuel Sánchez se
recuerda que es necesaria una reunión del equipo representativo de la tertulia
saliente, para entregar la memoria y algunas valoraciones más al nuevo comité
que voluntariamente ha querido
sustituirlos.
Se
votan los libros para el próximo año y quedan como sigue:
Selección
de libros de mayor a menor votación:11”La mujer Rota” de Simone de Beauvoir (propuesto por Juan Padilla)
10”Desaprendizajes”de J M Caballero Bonald (propuesto por Rafael Torres)
10”El mundo de ayer”(Memorias de un Europeo) de Stefan Zweig (propuesto por Araceli Hernández)
9”IvCantico de la Eneida” de Virgilio (propuesto por Juan Manuel León)
7”Seda” de Alessandro Baricco” (propuesto por Pilar González)
5”Trilogia de la Fundación” (propuesto por Gabriel de Dato).
Después de esta votación y echando mucho de menos a quienes no se
han podido unir a todos nosotros, en
esta última mañana de tertulia, nos disponemos a acudir a la cita del
restaurante, para seguir charlando más distendidamente y terminar el curso con
un excelente menú.
¡FELICES VACACIONES!
ALICANTE 11/06/2015
ACTA DE LA TERTULIA DE
LITERATURA
U.P.U.A
ALICANTE 1/06/2015
Lugar:
Aula Constitucional de la Sede de la Universidad de Alicante
Aforo:
24 personas
Presentación
de libro por: Ramón Madrigal García
Moderador:
Manuel Sánchez González
Realiza
el acta: Mª Jesús Ortega Torres
Comenzamos
esta tertulia dando la bienvenida a Antonio Fimia, que como todos vemos, está
mejor de sus dolencias y nos va a acompañar en esta sesión, después de pasar
todos por su mejilla y su mano.
Seguimos
con el anuncio de despedida para el próximo ejercicio, por parte de los
compañeros Manuel Sánchez González y Cristina Gonzalo Fernández del equipo de
dirección que por motivos personales no estarán en el mismo, pero con la
incorporación voluntaria por parte
de otros dos compañeros: Pilar Rodríguez
Rivero y Ramón Madrigal García, que gentilmente han querido ocupar las
vacantes.
Se
plantea que el próximo día, además de seguir con los comentarios del libro que
presentará hoy, nuestro compañero, Sr. Madrigal, se propondrán los libros
nuevos para empezar el próximo curso y de lectura del verano de cada cual,
llevando como en este curso y para el próximo,
como libros río, “El Quijote” de Miguel de Cervantes y “El Decamerón” de
Bocaccio.
Se
nos comunica, por parte de Manuel Sánchez y María Verdú, que para el
próximo día quince, habrá aula para que
los tertulianos nos podamos reunir, aunque no sea la habitual: Aula
Institucional. Acordamos venir y, entre otras cosas, se leerán poemas. Se nos dice igualmente, la
necesidad notoria de que encarguemos los libros en una librería que nos atienda
a los dos días el encargo, se citan como cumplidoras las librerías “80 Mundos”, que te bonifica
por puntos, con un libro gratis y “Cilsa” que hace un pequeño descuento y se le
pueden pedir los libros por correo electrónico. Así sabremos que tendremos los
libros elegidos con seguridad.
Juan
Padilla nos recuerda la cita en la Sede de la Calle San Fernando, por la visita
de Mario Vargas Llosa el próximo doce de junio, que entrevistado por Javier
Cercas, definirá su trayectoria de pensamiento político, y nos insta a que
leamos el artículo que en el diario “El País” (17/10/2010), escribió Cercas al
respecto (La izquierda y Vargas Llosa).
Pilar Modrego
nos invita a que seamos puntuales en la degustación de té y posterior tertulia
a las once horas y también en la comida, en el restaurante “La Mary”, a las
catorce horas, el próximo día ocho.
Con
la presentación por nuestro compañero de tertulia, Ramón Madrigal García de la novela
de J.M.G. Le Clézio (Niza 1940) “El africano”, recorremos un paseo por la historia de África. Ramón Madrigal evoca a
Ryszard Kapuscinski (1932/2007), “el que nos ha contado mejor África” y nos
habla de su evolución a través del tiempo y de lo que se ha hecho de ella, y
sobre todo nos habla de sus habitantes, los africanos. Su magistral
presentación, la va a pasar, nuestro ponente, al blog de la tertulia, por lo
que en este acta, solo se pone de manifiesto el agradecimiento de todos los que
componemos la tertulia hacia un excelente
trabajo de investigación, por parte de nuestro compañero, en el que nos ha mostrado tanto la trayectoria de
África, como la personalidad del autor y el interés de toda su obra y en
especial la que nos ocupa, ya citada: “El africano”, que escribe el premio
Nobel de 2008, Jean Marie Gustave Le Clézio a los 64 años “en el sosiego de una
madurez, ya asimilada”.
Tras
la presentación se comienza el debate en el que se vuelve a hablar de África,
del autor de “El africano” y de toda su obra. Nos da su opinión Pilar Modrego
que de modo comparativo nos habla de “Onitsha”, una novela de este autor, en la
que cuenta la relación con su madre, y que relata cuánto le influyó su estancia
en África, sus temores, descubrimientos, alegrías. Hay veintitrés años de diferencia
entre un libro y otro.
Maica
Modrego nos cuenta sus experiencias, ya que por motivos laborales, conoció varios
regiones de África. Su sensación al ver en Senegal un bosque de baobabs, que
hasta entonces pensaba que eran privativos de “El principito” de Exupery, la ha
acompañado siempre. Recuerda las tribus, su convivencia difícil, y la
reconciliación. La busca de la verdad, porque hubo un “tribunal de la verdad”,
no para castigar, sino para conocer la
verdad.
Recuerda
las costumbres, y el afán de coger lo
que se necesitaba sin conciencia de
haber cometido una falta. Se necesitaba y aquello no era robar. Las sensaciones
por el color, los desiertos y las grandes extensiones de sabana que parecían no
tener fin. Recuerda los olores, tanto buenos como malos.
Elena
Escolano ha leído el texto en francés, lo ha leído despacio, acusa el
estilo directo en la narración, y observa
que plasma muy bien todo lo que el padre denuncia, el colonialismo sobre todo.
“Le Clézio, es un viajero que vive, no visita, lo vive”.
Ramón Madrigal nos habla de su comprensión: de
problemas, guerras y conflictos… “en página y media lo puede explicar todo”.
Manuela
Maciá se pierde en dónde coloca, en la novela, al otro hermano…
Ramón
M. comenta que no es una novela, es un relato de recuerdos. “No es que haya
lagunas. Hay momentos en que convive y no es sustancial, lo otro es secundario”.
Maica
M. ha estado al lado de un termitero y no sabe cómo conseguían derribarlo
porque son altísimos.
Araceli
Hernández comenta que es un relato lleno de verdad, todas sus vivencias están
contadas, también la de la ocupación en Francia.
Mª
Jesús O. cree que es un libro sencillo y que escrito con un léxico asequible,
nos cuenta sus experiencias con una memoria extraordinaria. Piensa que podía
haberse dedicado a las Ciencias Naturales por el interés que muestra por los
insectos, tan abundantes en África, y comenta que transmite, que eran felices a
pesar de las muchas carencias, pareciéndole un libro poético.
Lee
distintos artículos en los que el autor define
lo que es para él la poesía, calificándola como una forma más profunda y
filosófica que la novela. Le gusta la poesía de la calle (rap) por su realismo
y protesta.
Manuel
Sánchez piensa que se ve una añoranza por
los tiempos pasados. Nos hace ver el contraste del padre serio, que ha
entregado su vida en distintos lugares de África y que es un hombre
cosmopolita. Encuentra su relato positivo.
Recuerda
“El sueño del celta” de Vargas Llosa que habla del Congo y “El corazón de las
tinieblas” de Conrad, que leímos hace algún tiempo.
María
Verdú piensa que se ha de tener valentía
para conocer África, con esa variedad de etnias y una naturaleza que impone
desde fuera. Cree que tiene que ser una experiencia impresionante…, olores,
colores, árboles, sonidos.
Elena
E. cree que Kapuscinski vive África, se mete en ella, la llega a conocer y la transmite. Igual hace Le
Clézio, con su sensibilidad y su A.D.N. africano.
Antonio
Fimia evoca a Doris Lessing (1919/2013), premio Nobel de Literatura en 2007, de
la que también leímos sus vivencias en África en “Canta la hierba”,
pareciéndonos realista y libro testimonio, en donde los haya, pues nos ponía al
corriente de las dificultades, injusticias, desmanes practicados por el poder y
que por su lejanía en el espacio, nos parecen impropias del tiempo en que
vivimos, pero que no eran inventadas, eran reales.
Elena E. resalta
las condiciones precarias en las que vivía el padre su profesión:”lo
mismo hacía un parto, que a continuación una autopsia”, el instrumental era
mínimo, la higiene la llevaba a “rajatabla”, pero atendía él solo todo, con las
vacunaciones y muy pocos medios para esos niños con los vientres hinchados por
la parasitosis.
Pilar
M. destaca que el autor, en Francia, estaba muy mimado por los abuelos y que en
África el padre exigía una disciplina muy rígida, que su madre pasaba por alto
cuando se quedaban solos, pudiendo así disfrutar de más libertad.
José
Baeza resalta el carisma del padre y ese profundo recuerdo que acompañará a Le
Clézio para siempre. Nos narra una historia paralela, en la que el padre de una
familia amiga y vecina, era una “figura mítica”, pues al estar tan lejos,
también en África, los hijos cuando lo veían, una o dos veces al año, lo temían
y obedecían con respeto notable, pues el padre en África representaba una
figura importante.
Manuela
M. percibe el sentimiento de agradecimiento del autor, hacia su progenitor:
“gracias a su rigidez, soy lo que soy”,
no hay sentimiento de mal trato, sino todo lo contrario.
Antonio
F.: “Son retazos de la vida…”
Manuel
León nos habla de la esclavitud, que la hay en todo el mundo. Sigue existiendo.
“Todo tiene una historia y lo actual depende de lo previo”.
Juan
P. nos habla de un libro: “Historia de la esclavitud” y de que hay una
aproximación a una realidad y tiene que
haber una adaptación, que si no se verificara en esas personas
esclavizadas, desaparecerían.
Los
esclavos eran dados como botín de guerra tanto en la antigua Grecia como en
Roma, trabajaban sin ser pagados.
Se
sigue comentando que, posteriormente, la Iglesia católica para justificar la esclavitud en África por los colonizadores
lanzó el sofisma de que “los negros no tienen alma”, y así se colocaban junto a
los opresores, es decir, junto al poder.
Para
Carmen Llavador, que conoce América, la esclavitud en ese continente, derivada
de la pobreza, de los “sin recursos”, ha sido notoria a lo largo del Amazonas,
marcando una gran diferencia entre colonos y colonizados. Las personas pasaban
a ser propiedad de los colonizadores,
que hacían notar su poder dilapidando su fortuna, mientras sus
servidores-esclavos, carecían de lo imprescindible y trabajaban de sol a sol.
Cuando el Amazonas anega las tierras, todo queda como un estercolero y los
olores y las bacterias lo inundaban
todo.
Hay una aclaración de conceptos: cautividad, no es
lo mismo que esclavitud.
Cuando se es cautivo, pagando puedes ser libre. La
esclavitud no da esa opción, aunque tanto un hecho como otro son terribles y
denigrantes paran el ser humano, que no tiene más remedio que aceptar lo que le
toca, ya que nadie le ayuda ni se compadece.
Según
Aristóteles, opina Manuel S., el hombre
o es libre o es esclavo. De San Pablo, nos dice que, cuando lo cogieron
cautivo “reivindicó que era romano” y no
lo pudieron esclavizar. Nos habla de Kunta-Kinte, el protagonista de la
serie “Raíces” de Alex Haley (1921/1992), que es un fenómeno histórico y nos
habla del padre Vitoria (1483/1546) y el padre Bartolomé de las Casas
(1474/1566), que dedicaron su vida a la
jurisdicción, y dentro de ella a defender los derechos de los indios en
América, para que no los convirtieran en esclavos.
Pilar
González apela al sentido común, diciendo que con tanto progreso, y tanto
tiempo transcurrido, todavía se están cometiendo desatinos y abusos a las
personas…, y no hacemos nada para
cambiar la situación.
Rafael
Torres, dice que son muchos los libros y
artículos que ha leído sobre África (todos los citados ya), y hoy día, se conoce lo que pasó y está pasando. Hace la
reflexión de que no les estamos ayudando lo suficiente y sean ellos, quizás,
quienes nos ayuden a nosotros a practicar técnicas de supervivencia que ya se
nos han olvidado, porque con los avatares de la vida, todo puede pasar…
Antonio
F. nos vuelve a hablar sobre la esclavitud,
las pateras, los que se quedan en el camino, lo poco que se hace…
Se
vuelve a comentar, por todos, la noticia, dada hoy, del hallazgo del pecio que
transportaba esclavos y tenía barras de hierro acumulados a bordo para suplir el peso de los esclavos que
morían en el camino, y que tenían que echar al agua. Se piensa que somos
humanos pero que a veces no lo parece.
Por
Manuel S., se recuerda para el próximo día, la finalización de los comentarios
de “El africano”, y los libros de lectura para el verano, también que se
procure ser puntual en la degustación de té (11 h.), y para la comida (14 h.) y
se desea una asistencia de todos los que podamos, sobre todo, para saludarnos y
desearnos buen verano.
ALICANTE 4/06/2015
ACTA DE LA TERTULIA DE
LITERATURA DE LA UPUA
DÍA 25 de Mayo de 2015
ALICANTE
Lugar: Aula Institucional de la Sede UPUA
Aforo: 21 personas
Modera: Pilar Modrego Delgado
Coordina: María Verdú Ramos
Realiza el
acta: Mª Jesús Ortega Torres
Comenzamos
la tertulia ratificando el lugar de la comida de despedida de este curso, que
se ha acordado en el restaurante “La
Mary”, ubicado en la calle Castaños, esquina Gabriel Miró, siendo, al parecer,
la tercera vez que se va a visitar y cuyo precio nos adelanta Pilar Modrego:
10,50 E., siendo el menú, variado y a elegir. A continuación, la tertuliana
Lola Ribera, nos anuncia que el próximo día 8, se hará una degustación de Té, servida por ella
misma, con el ritual característico y protocolo japonés. Hay que estar puntual
a las 11 H. Nos quiere proponer un libro de un autor japonés, para su
próxima lectura.
Hay
un breve debate sobre si se van a terminar hoy los comentarios de “Suite
francesa”, previstos para finalizar el próximo día uno, concluyéndose que se
terminen hoy y que el próximo día, se haga la presentación de “El africano” de
Le Clézio, por Ramón Madrigal García, y nos quedará tiempo para sus comentarios
y estudio concienzudo del autor.
María
Verdú nos da la noticia de que nuestro compañero de tertulia Joaquín Mª López
Hernández, se va recuperando muy favorablemente de sus dolencias y Pilar
Modrego hace lo propio al informarnos sobre el estado actual de salud de
Antonio Fimia Moyano que se encuentra pendiente de unas pruebas. A los dos les queda
muy poco para estabilizarse y todos deseamos que así sea para tenerlos pronto
con nosotros.
Empieza
los comentarios, en el día de hoy sobre “Suite francesa” de la autora rusa
Irène Némirovsky, su presentador Juan Padilla Coloma, quien nos muestra sus
preferencias por la segunda parte: “Dolce”, con los comentarios llenos de
sensibilidad, y que a pesar de las circunstancias tan graves, no derivaron en otra cosa que en descripciones reales de lo que estaba pasando en Paris, con veracidad pero sin sensiblerías.
Juan Padilla
nos lee del libro “El ruido eterno” de Alex Ross, un texto que transcribo a
continuación y que he tomado de nuestro blog de la tertulia porque forma parte
de un trabajo que mandó nuestro citado compañero, Juan, el 18/09/014, con el título de “La música y
el ruido” y que hace referencia a la entrada de los alemanes a Paris:
El
texto completo, magníficamente escrito, se puede leer en “Obra propia” del blog
de la tertulia
(aulaliteraria2013blogspot.com.es.)
Dice Juan:
Y no me resisto a transcribir el párrafo final en el que el ruido se erige en protagonista de la historia:
“El 23 de marzo de 1918, la víspera del
Domingo de Ramos, los alemanes iniciaron una campaña de terror contra Paris
sobre dos flancos diferentes. Los aviones Gotha lanzaron un audaz ataque aéreo
a plena luz del día, matando a varias personas en una iglesia. La obra maestra
más reciente de Krupp, el Cañón de Paris, empezó a disparar sobre la ciudad a
120 kilómetros de distancia. El ruido inundaba Paris: proyectiles estallando en
el aire cada diez o quince minutos; policías tañendo tambores como señales de alerta;
campanas de iglesia repicando y trompetas tocando a rebato cuando se acercaban
los aviones; reclutas cantando por las calles, escolares entonando la
Marsellesa, gente gritando en tono desafiante desde las ventanas “Vive la
France ¡”.
“La muerte de Achille-Claude Debussy, el
lunes siguiente, pasó prácticamente inadvertida”.
Irène Némirovsky, supo plasmar con gran maestría,
como el ejército alemán toma Paris, sin importarle los sentimientos de los
ciudadanos (Juan cita el capítulo XIV). Nos
habla a continuación, un poco, del colaboracionismo sentimental.
Elena
Escolano nos habla de que otra novela de la autora “El baile”, le gustó; esta
obra la ha comprendido: “escribe sin perspectiva, es una maestra, está
dibujando una situación, es una obra coral”. Hace alusión a los grandes
prosistas, como Proust, considerando a Némirovsky, a la altura. La secuencia
del gato buscando los ruidos de la
noche, le ha parecido una página
maravillosa y cita: “deshojó una rosa de un zarpazo”: que en medio de la gran
tragedia que estaba viviendo, tenga esa sensibilidad, es excepcional.
Manuel
León alude al personaje de la suegra de
Lucille, que “vive para pocas cosas”, odia
a los alemanes y tenía una fortaleza que nada conseguía abatir. El amor
y el odio, esta dualidad, está latiendo constantemente.
Ramón
Madrigal, no cree que se trate de una novela histórica, cree que es documental
pero tiene unos personajes y aunque el tema es historia, no es una crónica, hay
muchas vivencias. Hay notas y en todo momento utiliza la historia real.
Transmite muy bien la lucha entre el destino individual y el destino común. Cada cosa está al servicio de la otra.
Rafael
Torres piensa en la perfección al describir el comportamiento de un gato. Tuvo
gato de pequeño y los conoce bien, son independientes, intuitivos, libres. La
autora le dedica el capítulo XX… El
gato, lo que quiere es sobrevivir que es a lo que todos aspiran. El gato es un
superviviente como cada cual: “así era como había que oler a ras de tierra”. Lo
presenta con su “instinto de supervivencia”, y parece que observándolo todo
mucho más.
Cristina
Hecquet apoya todo lo que se ha dicho, ve la obra “como una novela psicológica
tratada con una infinita sensibilidad”. Destaca su lirismo y la descripción de
los personajes. Tiene metáforas que son como “una burbujita de oxígeno”. Es
dura la novela y admira a esta escritora que sabía que iba a morir y todo lo supo llenar de verdad y realidad. Lee
la última página del capítulo XXIV:
“Pese a todo, habrá que salir adelante.. Habrá
que salir de aquí, de esta sangre, de este barro en el que te hundes…, no va
uno a tumbarse y dejarse morir… No, ¿verdad? Sería una enorme estupidez. Hay
que agarrarse… agarrarse…agarrarse”.
Juan
Padilla encuentra en la novela ironía y humor, que te hacen la lectura amena en
medio del “Caos”.
María
Verdú, está de acuerdo con todas las anteriores opiniones vertidas, ve un gran
mérito a la autora porque “era muy fácil caer en el sentimentalismo”. Detecta
un humor irónico muy fino y le gusta cómo
describe el altruismo. La primera parte no tiene desperdicio, piensa que la
utora murió por el colaboracionismo.
Se
cita un artículo de Vargas Llosa “Bajo el oprobio” de el periódico El País (22
de agosto de 2010), en donde se pone de relieve una vida, la de la autora Irène Némirovsky, llena de terribles
vicisitudes y controversias que solo una naturaleza muy fuerte y privilegiada
pudo soportar. Se explica por Vargas Llosa la génesis de esta novela y también
la estupidez de una guerra que nunca debió de suceder. Se recomienda la lectura de este artículo por varios
tertulianos (Ramón, Pilar M., Manuel Sánchez…)
Se
comenta por Elvira Pizano la próxima visita de Vargas Llosa a la Sede de la
Universidad de la calle San Fernando nº 40 (junto a Correos), el próximo día 12
de Junio. Su discurso versará sobre el arte de escribir.
Rafael
T. admira el talento descriptivo, al escribir sobre la realidad.
Lola
Ribera diserta sobre la dureza de la situación, evoca a Herta Müller, la premio
Nobel que describe los avatares de la guerra en Rumania. Se fija en su
objetividad.
Pilar
Modrego nos dice que la autora escribía
en pequeños papelitos con letra muy pequeña y que necesitaba después una lupa
para pasarlo. Iba al campo a escribir a diez kilómetros, se evadía de ese modo.
Elena
E. nos cuenta como describe a la mujer y lo bien que lo hace y con tanta
sensibilidad.
Ramón
denota como adapta los personajes a las situaciones, haciéndolo creíble. Hay
escenas campestres y sensuales muy bien descritas (pág. 280).
Marisa
Martínez ve también su sensibilidad y su crítica a la burguesía. Hay escenas
conmovedoras, trágicas, cómicas… Hay gentes que en la huída piensa en sus
miniaturas de porcelana coleccionadas con amor, otros que al huir se olvidan al
abuelo. Le gustan todos los personajes con sus características especiales y la
visión crítica de la autora. Los soldados alemanes son amables y serviciales.
Cristina
H.: Crítica objetiva, sin buscar excusas a nadie
Marisa:
La autora piensa que va a morir
Cristina
H. nos dice que en 1940, había trescientos mil judíos en Francia. Hubo mucho
colaboracionismo político, del ejército y económico. Ve como menos culpable a
Pétain (1856/1951), porque este pensaba que si colaboraba con los alemanes, los
franceses sufrirían menos; por otro lado, considera que Pierre Laval
(1883/1945), sí tuvo mucha culpa, porque mientras Pétain no se daba cuenta de
lo que hacía, ya que era un idealista, Laval hizo mucho daño. Los dos fueron
condenados a muerte cuando terminó la contienda pero a Pétain le permutaron la
pena, por cadena perpetua.
Pilar
M. comenta que ha leído mucho sobre
colaboracionismo en Internet, que esto da para otra tertulia y que había mucha
revancha, muchos policías a los que se ejecutó después de juzgarles. Alertaron
a De Gaulle de que se cometían atrocidades; María V. dice que era sobrevivir;
Maica Modrego relata el colaboracionismo en nuestra propia guerra civil.
Ramón
diserta sobre que el soldado va a la
guerra con lo que es: “los hay con sensibilidad, como pianistas, pintores…” “Si
quieres conocer a la gente haz una guerra”.
María
V. dice que eran “niños guapos y el pueblo los tomó como hijos, eran amables”.
Araceli
Hernández admira el temple con que esta mujer escribe, su delicadeza y
sensibilidad. Habla del colaboracionismo…
Manuel
Sánchez nos dice que no ha terminado el libro. Ha acabado “La muerte de un
bailarín de tango” del rumano Stellan Tânase (Rumania 1952), que es un libro de
antihéroes, fracasados, derrotados y olvidados. “Saben que van a morir y se van
a prostíbulos, hasta que les den caza”.
Colaboran y cuando
vienen los rusos tratan de seguirles a ellos. Hitler tenía un oscuro
carisma, y los soldados estaban a su favor. Está leyendo sobre los filósofos
colaboracionistas y cita la frase del amigo de Bertolt Brecht que es el
pastor luterano Martín Niemoüller y siempre
se le atribuye a él:
Cuando los nazis
vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era
comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a buscar a los judíos, no protesté, porque yo no era judío.
Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a buscar a los judíos, no protesté, porque yo no era judío.
Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar.
A
continuación Manuel León, apunta, que se
suele repetir la frase a los asesinos de
Viriato: “Roma no paga a traidores”.
Mª
Jesús Ortega no ha leído el libro, pero
le ha gustado toda la documentación colgada en el blog sobre la segunda guerra
mundial. La historia se repite y hay quema de libros como en la inquisición,
fuga de músicos, pintores y literatos… Le parece mal “cuando se es consciente,
dormir con el enemigo…”
Hay comentarios
de que lo importante era salvarse, era la situación.
Lola Ribera nos habla del miedo a la libertad, que
explicó en su día, Erich Fromm en su libro homónimo: “estamos deseando poner
nuestra libertad en manos de otro” “¿qué se le va a hacer…?; Manuel S.
interviene: “nos han querido atar”; Manuel L. dice que la autora expresa su opinión en la novela sin
rencor. Se han publicado las notas de
autor, en las que no descarga su rencor; Maica comenta que son tan importantes
las notas que el libro y que en “Memorias de Adriano” también se publicaron las
notas; Ramón dice que los escritores no quieren que vean sus notas.
Mª
Carmen Llavador nos habla de “El baile” y “La soledad” dos de los libros de la
autora que le gustaron especialmente.
Ramón
M. empieza un debate, a continuación, sobre la imposición por los alemanes del
horario para todos. En España se sigue el horario de guerra alemán. Ningún
gobierno se pone de acuerdo para cambiarlo y eso que se sabe que va en contra
de nuestra naturaleza. Sería muy fácil cambiar este horario, con no tocar la
hora en marzo…
Se
comenta que quizás sea el día ocho el último día de tertulia porque a partir
del día quince, ya empiezan las preinscripciones. No es del todo seguro, pero
desde aquí se insta a los tertulianos que últimamente han faltado, a que acudan
a estas dos últimas tertulias y a la comida del día ocho, (si pueden): Gabriel
de Dato, Carmela Solench, Cristina Gonzalo, Concha Gonzalo, Pepe Baeza, Mª
Dolores Marco, Pilar González, Esperanza
Vaello, como igualmente se recuerda
estos eventos a los compañeros Joaquín Mª López y a Antonio Fimia.
Nos vemos el día uno de Junio con “El
africano”, del que nos adelanta Ramón Madrigal García, su presentador, que
también trata, entre otras muchas cosas,
de la segunda guerra mundial.
ALICANTE 28/05/2015
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